Al hilo del artículo anterior en el que hablábamos de la relación entre la quimioterapia y la caída del cabello, es importante que hablemos también de cómo otros tratamientos también tienen incidencia en este hecho.
Por supuesto, cada caso es diferente y tendemos a hablar de la generalidad, pero esperamos que esto sea muy útil para aquellos que os veáis inmersos en estos otros tratamientos.
Radioterapia
La radioterapia solo afecta al cabello o vello de la zona donde se dirija la radiación. Por ejemplo, si recibes radioterapia en la pelvis, es posible que se caiga el vello en el área púbica. La caída del cabello depende de la dosis y del método de radioterapia.
Lo más probable es que vuelva a crecer al cabo de varios meses, aunque puede ser más fino o tener una textura diferente. Sólo en tratamientos donde las dosis de radioterapia tienen que ser muy altas es posible que el pelo de la zona radiada no vuelva a crecer más. Cuando se espera que esta caída ocurra, suele suceder dos semanas después de iniciado el tratamiento y empeora en uno o dos meses después de su inicio. Puede que el cuero cabelludo se vuelva muy sensible al lavar la cabeza, así como al peinarse o cepillarse. No obstante, el cabello a menudo vuelve a crecer incluso antes de que finalice el tratamiento.
La radioterapia también afecta la piel. Puede que la zona radiada esté enrojecida, o esté bronceada o como si estuviera quemada por el sol. Si el tratamiento de radiación se administra en la cabeza, cúbretela con un gorro o una bufanda que te protejan, ya que la piel estará sensible al frío y a la luz solar.
Terapia dirigida
Los medicamentos contra el cáncer llamados terapia dirigida no provocan una caída completa del cabello.
Sin embargo, las siguientes terapias dirigidas sí podrían debilitar el cabello, hacerlo más fino y más seco de lo normal. Aquí te dejo algunas de ellas:
- Afatinib
- Cetuximab
- Dabrafenib
- Dasatinib
- Erlotinib
- Ibrutinib
- Imatinib
- Nilotinib
- Panitumumab
- Sonidegib
- Sorafenib
- Trametinib
- Vemurafenib
- Vismodegib
Terapia hormonal
En ocasiones, la terapia hormonal para el cáncer puede hacer que el cabello de una persona sea más fino.
En este caso el efecto secundario puede ser inmediato o aparecer años después. La terapia hormonal no suele causar la caída completa del cabello. Las siguientes terapias hormonales tienen mayores probabilidades de provocar la caída del cabello:
- Anastrozol
- Fulvestrant
- Letrozol
- Octreotida
- Tamoxifeno
Pero ¿qué medidas puedes adoptar si al final no puedes evitar la caída de tu cabello?
Ante todo, debes sentirte cómoda, mantener la cabeza a una adecuada temperatura, mimar la piel de tu cuero cabelludo, verte bien en el espejo bien utilizando pelucas o pañuelos o bien llevando tu cabeza rasurada…
Antes del tratamiento
- Mima tu pelo: Utiliza champú suave con Ph neutro, mascarillas y cepillos delicados. (Hablaremos más detalladamente en próximos post de la cosmética y dentro de ella de cosmética específica para tu pelo).
- Evita agresiones: no utilices tintes ni lo decolores, ni tampoco te hagas la permanente ya que lo puede debilitar. Sécate el cabello al aire tanto como puedas y evita dispositivos de calor, como secador, plancha para el cabello y rizador.
- Cambia tu look: Puedes plantearte llevar el pelo corto que tiene dos efectos positivos: por un lado, el pelo corto tiende a verse más tupido que el cabello largo y si se te empieza a caer, no se notará y por otro, si al final se te cae, la pérdida será menos traumática..
- Piensa si te apetece ponerte peluca, pañuelos o vas a lucir tu cabeza. Quizá sea el momento de investigar dónde los puedes encontrar.
Durante el tratamiento
- Cuida el cabello que mantienes. Es posible que tu cuero cabelludo se sienta sensible o que sientas picor. Masajea tu cuero cabelludo para que se desprenda la piel reseca. Cepilla y lava tu cabello con delicadeza. El uso de un cepillo de cerdas anchas puede serte útil. Lávate el cabello sólo con la frecuencia necesaria (2 o 3 veces por semana será suficiente).
- Piensa si sería buena idea afeitarte la cabeza. Algunas personas sienten picazón, sensibilidad e irritación en el cuero cabelludo durante los tratamientos y mientras se les cae el cabello. Afeitarte la cabeza puede disminuir estos síntomas y evitar el mal trago de la caída.
- Duerme sobre una almohada de satén para evitar que el cabello se caiga a mechones. El satén protege a tu pelo de la rotura durante la noche, protege del encrespamiento, lo mantiene más hidratado que la funda de algodón y además cuida tus pestañas y tus cejas ya que reduce la fricción al ser un tejido muy suave.
- No te olvides de tus cejas y tus pestañas, ya que también se pueden afectar.
- Protege tu cuero cabelludo. El cuero cabelludo puede estar más sensible a medida que pasa el tratamiento, por lo que el frío o el sol pueden ser tus enemigos. Si sientes frío cubre tu cabeza y no olvides de utilizar un sombrero o un pañuelo y un buen protector solar si te expones al sol.
Después del tratamiento
- Continúa con el cuidado del cabello. El cabello nuevo que te ira creciendo puede ser especialmente frágil y delicado por lo que te recomendamos no utilizar productos agresivos para el cabello ni dispositivos de calor (secador, planchas, tenacillas…). Masajea tu cuero cabelludo para que se desprenda la piel reseca. Espera unas semanas a teñirte (lo ideal sería que resistieras la tentación de teñirte 3 meses). Si tu intención es hacerte la permanente o emplear algún producto para alisarlo nuestro consejo es que esperes un mínimo de 9 meses.
- Sigue utilizando tu almohada de satén.
- Ten un poquito de paciencia. Lo más seguro es que, aunque ahora tu pelo puede no ser el mismo, volverá a estar sano en unos 6-9 meses que no es tanto…
- En algunos casos tratados con terapia dirigida o terapia hormonal se podrían utilizar fármacos como minoxidil o finasteride entre otros para mejorar la calidad del pelo. Por supuesto, cualquier fármaco debe estar recetado y supervisado por un médico.
- Una buena alimentación te ayudará a recuperar tu cabello y en muchos casos podrá serte de ayuda una micronutrición adecuada siempre pautada por tu médico.
Y sobre todo, mantén la calma.
Sé que es difícil pasar por todo esto sin abrumarse. Ya que te ha tocado pasar por esta etapa en tu vida, debes confiar y apoyarte en tu entorno para dar cierta normalidad a esta situación. Una mente tranquila puede ser tu apoyo para mantener la energía vital que necesitas.
Nosotras te apoyamos desde aquí, con toda la información que esperamos te sea muy útil.
