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Cuida tu pelo

Cómo elegir un buen champú

Las claves para elegir un buen champú pasan por tener claro qué partes del cuero cabelludo se ven afectadas por su acción. Todos los agentes que están involucrados en tu salud capilar son importantes, y a continuación verás el por qué debes prestar mucha atención a ellos.

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Cuidado: ¡estás a punto de recibir una información que puede hacerte leer más etiquetas de las que has leído en tu vida!

Por suerte, estás aquí precisamente para aprovecharte de todos estos conocimientos, jeje.

Vamos a por ello.

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El champú es el producto de higiene que se utiliza para lavar no sólo el cabello sino también tu cuero cabelludo. Es decir, el objetivo no solo es que el pelo brille, que también, sino que todas las partes involucradas se favorezcan de su efecto.

Un buen champú debe despegar, emulsionar y poner en suspensión la suciedad fijada en la superficie de la cutícula y en el cuero cabelludo. Una suciedad que proviene del sudor, de la polución, descamación celular, o de otros agentes externos.

Oculto por el cabello, el cuero cabelludo se olvida con demasiada frecuencia, ¡pero es una parte viva de tu cuerpo!

El cuero cabelludo es la parte de la piel que cubre el cráneo. Se trata de la fuente de vida del cabello ya que es la piel donde se encuentra anclado. En los adultos, el cuero cabelludo mide entre 600 y 700 cm² y consta de 2.500 receptores por centímetro cuadrado, lo que lo convierte en una zona extremadamente sensible de nuestro cuerpo.

El cuero cabelludo está muy expuesto a secadores de cabello, tintes químicos, exceso de champú o contaminación por lo que puede dañarse sin que te des cuenta. Y en estos momentos, por el aumento de sensibilidad de tu piel o porque has perdido parte o todo tu cabello, tienes que mimarlo más que nunca.

Algo importante que debes saber es que si masajeas, o mejor aún, si te masajean el cuero cabelludo, favoreces la oxigenación de su sistema vascular y además tiene un efecto relajante inmediato. Alivia la tensión y relaja tus terminaciones nerviosas

Ha de hacerse con las yemas de los dedos, suavemente, sintiendo que la piel se mueve bajo esas yemas. Si lo que pretendes es estimular, el masaje debe ser desde la nuca a zona superior de la cabeza y si te apetece calmar tu cuero cabelludo, cambia la dirección: comienza en la parte superior y termina en la nuca.

Maravilloso... ¿lo sientes? ¡Sólo con imaginártelo...pffff!

Con los tratamientos que recibes, puedes experimentar picores, irritaciones y molestias por lo que el champú deberá aliviarte.

¿Cómo acertar con el champú?

Voy a contarte las principales características que debe tener:

1. Ph neutro o Syndets1.

2. Hipoalergénico: sin alcoholes, sin perfumes, sin fragancias.

3. Libre de irritantes como formaldehidos o parabenos.

4. Sin sulfatos2, uno de los ingredientes cosméticos más controvertidos.

5. Libre de disruptores endocrinos3 como triclosán u homosalato.

6. Con una galénica adecuada que asegure la esterilidad del producto (¡ojo! con los productos llamados “naturales” porque no todo lo “natural” es “inocuo”).

Aclaraciones que son importantes para que entiendas todo a la perfección:

1. Syndet: Término en inglés: Synthetic Detergent. Hace referencia a los llamados “jabones sin jabón”, que son productos de limpieza mucho más suaves y respetuosos con el manto lipídico de la piel y esta, especialmente indicados para pieles sensibles con tendencia a la irritación, descamación o aparición de grietas. Estos jabones tienen un pH más afín a tu piel.

2. Sulfatos: Son los responsables de crear la espuma y eliminar el sebo de la raíz capilar. Pero al eliminar la grasa, los sulfatos también destruyen los lípidos naturales que produce nuestra piel como defensa y provoca irritaciones, picor en los ojos alergias, sequedad y aparición de caspa.

3. Disruptores endocrinos: Son sustancias químicas capaces de imitar la acción de nuestras hormonas naturales. Las hormonas son las encargadas de la señalización y comunicación entre las células y los órganos de tu cuerpo. Son esenciales para que funcione. Estas sustancias pueden bloquear los receptores hormonales de las células, impidiendo la acción normal de las hormonas. Esto provoca una disrupción (alteración) en el sistema endocrino. Pero tienes que saber que esta “disrupción” afecta a muchos órganos. Pueden aparecer efectos adversos a nivel cardiovascular, respiratorio, cognitivo, afectar a la fertilidad... Además, se han asociado con la aparición de cáncer, diabetes, síndrome metabólico y asma entre otras patologías. Ahora entiendes el porqué se pone tanto énfasis en que la cosmética esté libre de disruptores endocrinos, ¿verdad?


Ya sabes las características que debe tener tu champú, pero ahora hay que elegirlo bien. Hablaré muy pronto sobre las claves para elegir bien ese champú.

Referencias

  1. Zulaikha, S., Norkhadijah, S., Praveena, S. (2015). Ingredientes peligrosos en cosméticos y productos de cuidado personal y problemas de salud: una revisión. Investigación en salud pública, 5 (1), 7-15.
  2. Trueb, RM (2007). Champús: Ingredientes, eficacia y efectos adversos. Revista de la Sociedad Alemana de Dermatología, 5, 356-365.
  3. Tecnol. científico. agua vol.8 no.6 Jiutepec nov./dic. Publicación electrónica 2017 06-ago-2021